Bajaron con paso pesado por los escalones de piedra hacia las mazmorras para Pociones, los tres sumidos en sus pensamientos, pero cuando alcanzaban el último peldaño, fueron regresados a la realidad por la voz de Draco Malfoy, que estaba parado en el exterior de la puerta del aula de Snape, agitando lo que parecía un pedazo de pergamino oficial, y hablando mas fuerte de lo necesario, para que pudieran escuchar cada una de sus palabras
-Sí, Umbridge concedió autorización al equipo de Quidditch de Slyterín para continuar jugando enseguida. Ir a preguntarle fue lo primero que hice esta mañana. Bien, fue bastante automático. Quiero decir, ella conoce a mi padre bastante bien, pues él siempre está apareciéndose dentro y fuera del Ministerio......será interesante ver si Gryffindor obtiene el permiso también.
-No se sulfuren-murmuró Hermione suplicante al oído de Harry y Ron, quienes estaban observando a Malfoy con los puños y rostros cerrados con fuerza-.Eso es lo que quiere.
-Quiero decir-explicó Malfoy, alzando aún más la voz, sus ojos grises brillando con intensidad perversa en dirección de Harry y Ron-,si se trata de influencia con el Ministerio, no creo que tengan mucha oportunidad pues, según dice mi padre, han estado por años buscando una excusa para remover del cargo a Arthur Weasley y, en lo que respecta a Potter, mi padre comenta que es cuestión de tiempo antes que el Ministerio lo envíe a St Mungo, donde aparentemente tienen un distrito especial para personas cuyo cerebro ha sido confundido con magia.
Malfoy puso una cara grotesca, con la boca colgando y girando los ojos, Crabbe y Goyle soltaron sus habituales gruñidos de risa; Pansy Parkinson gritó con regocijo.
Algo chocó duramente contra el hombro de Harry, empujándolo a un lado, y una fracción de segundo después, notó que Neville embestía desde atrás de él, dirigiéndose directamente hacia Malfoy.
-¡Neville, no!
Harry saltó hacia delante y sujetó la túnica de su amigo por la espalda; Neville luchó frenéticamente, agitando los puños con violencia, tratando desesperadamente de alcanzar a Malfoy, quien por un momento lo miró profundamente impresionado.
-¡Ayúdame! -Harry lo lanzó hacia Ron, consiguiendo poner un brazo alrededor de su cuello y arrastrándolo hacia atrás, lejos de los de Slytherin. Grabbe y Goyle flexionaban sus brazos dando un paso delante de Malfoy, listos para la pelea. Ron sujetó los brazos de Neville y junto a Harry, consiguieron arrastrar a Neville de regreso a la línea de Gryffindor. La cara de éste estaba escarlata; la presión que Harry ejercía sobre su garganta hacían bastante incomprensibles las extrañas palabras que balbuceaba.
-No.......divertido......no es.......Mungo......espectáculo.....él.......
La puerta de la mazmorra se abrió y Snape apareció. Sus negros ojos barrieron la línea de Gryffindor, hasta el lugar dónde Harry y Ron forcejeaban con Neville.
-¿Peleando, Potter, Weasley, Longbotoom?-preguntó Snape fríamente, con la voz llena de desprecio-Diez puntos menos para Gryffindor. Libere a Longbotoom, Potter, o esto será una detención.
Adentro, todos ustedes.
Harry soltó a Neville, quien se paró jadeando y mirándolo furiosamente.
-Tuve que detenerte-explicó Harry sin aliento, recogiendo su mochila-.Crabbe y Goyle te habrían destrozado. Neville no dijo nada. Sólo tomó su mochila y entró con paso impetuoso en la mazmorra.
-¡En el nombre de Merlín!-exclamó Ron, mientras seguían a Neville-.¿Qué fue todo eso? Harry no respondió. Sabía exactamente por qué el asunto de la gente que estaba en San Mungo debido a daño mágico en su cerebro era altamente inquietante para su amigo, pero había jurado a Dumbledore que no diría a nadie el secreto de Neville. Ni siquiera Neville sabía que Harry estaba enterado.
Harry, Ron y Hermione tomaron sus asientos habituales al fondo del aula, sacaron sus pergaminos, plumas y sus copias de "Mil Hierbas y Hongos Mágicos". A su alrededor, toda la clase murmuraba acerca de lo que acababa de hacer Neville, pero cuando Snape cerró la puerta de la mazmorra con un resonante golpe, todos callaron de inmediato.
-Notarán-comenzó Snape, en su baja, burlona voz-que hoy tenemos un invitado con nosotros.
Gesticuló hacia una oscura esquina y Harry vio a la Profesora Umbridge sentada allí, con el portapapeles sobre su rodilla. Echó un vistazo a Ron y Hermione con las cejas levantadas. Snape y Umbridge, los dos maestros que más odiaba. Le era difícil decidir cuál quería que triunfara sobre el otro.
-Hoy continuaremos con nuestra Solución Fortificante.
Encontrarán sus mezclas tal como las dejaron en la última clase. Si fueron hechas correctamente, deberían haber madurado bien durante el fin de semana. Instrucciones-agitó la varita nuevamente-en el pizarrón. Adelante.
La Profesora Umbridge pasó la primera media hora tomando notas en su esquina. Harry estaba muy interesado en escuchar sus preguntas a Snape. Tan interesado, que estaba descuidando con su poción otra vez.
-¡Sangre de Salamandra, Harry, no jugo de granada!-gimió
Hermione, asiendo su muñeca para impedirle que agregara el ingrediente equivocado por tercera vez.
-Bien-dijo Harry distraídamente, bajando la botella y continuando su observación de la esquina. Uumbridge acababa de ponerse de pie
.¡Ha!-exclamó suavemente, mientras caminó a grandes pasos, entre dos hileras de escritorios, hacia Snape, quien se inclinaba sobre el caldero de Dean Thomas.
-Bien, la clase parece bastante adelantada para su nivel- dijo enérgicamente detrás de Snape-.aunque dudaría si es aconsejable enseñarles una poción como la Solución Fortificante. Creo que el Ministerio preferiría que esto fuese removido del programa de estudios.
Snape se enderezó lentamente y se volteó a mirarla.
-Ahora....¿cuánto tiempo lleva enseñando en Hogwarts?-le preguntó, con la pluma suspendida sobre su portapapeles.
-Catorce años-respondió. Su expresión era insondable. Harry, que lo observaba estrechamente, agregó unas pocas gotas en su poción; ésta siseó amenazadoramente y cambió de turquesa a naranja.
-¿Usted había solicitado en un inicio Defensa Contra las Artes Oscuras, según creo?-preguntó la Profesora Umbridge a Snape
-Sí-contestó éste quedamente.
-Pero no tuvo éxito.
El labio de Snape se enrolló.
-Obviamente.
La profesora Umbridge garabateó en su portapapeles.
-¿Y creo que ha solicitado con regularidad Defensa Contra las Artes Oscuras desde que se unió a la escuela?
-Sí-respondió Snape quedamente, apenas moviendo los labios.
Lucía muy enfadado.
-¿Tiene idea de por qué Dumbledore ha rehusado designarlo reiteradamente?-interrogó Umbridge.
-Sugiero que se lo pregunte a él-contestó él forzado.
-Oh, lo haré-dijo la Profesora Umbridge con una dulce sonrisa.
-¿Se supone que esto es relevante?-preguntó Snape, sus negros ojos se estrecharon.
-Oh, sí-dijo la Profesora Umbridge-.El Ministerio quiere una comprensión cabal de los...er... antecedentes de los profesores.Ella dio media vuelta alejándose, caminó hacia Pansy Parkinson y comenzó a preguntarle acerca de las clases. Snape miró alrededor y sus ojos y los de Harry se encontraron por un segundo. Harry bajó la mirada precipitadamente hacia su poción, que ahora estaba asquerosamente coagulada y emitía un fuerte olor a caucho quemado -¿Sin notas de nuevo, Potter? -comentó Snape maliciosamente, vaciando su caldero con un movimiento de varita-. Escribirá un ensayo con la composición correcta de esta poción , indicando cómo y por qué se equivocó, y lo entregará en la próxima clase, ¿entendió?
-Sí-contestó Harry furiosamente. Snape ya les había dado tarea y tenía práctica de Quiddich esa tarde. Esto significaría otro par de noches sin dormir. Parecía imposible que se hubiera despertado esa mañana sintiéndose muy feliz. Todo lo que sentía ahora era un ferviente deseo de que el día acabara.
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